Queridísima Mara: Cuando amanezco, al frescor del nuevo día que apunta, me gusta santiguarme, rezar el Padrenuestro y Ave María. Tomar consciencia de la pequeñez de mi ser y presentar a Dios toda la humanidad, cada ser humano en particular. Dios sabe de nuestra frágil consistencia y la necesidad de su amparo y fortaleza.
Orar por cada criatura, por el conjunto de seres humanos que amanecemos para afrontar un nuevo día de duro trabajo, de lucha por construir un mundo armoniosamente vivible. Atravesar un solo día, es toda una aventura vivida con tensión, alternando trabajo y descanso, esperanza, ilusión y confianza.
Al paso de las horas, ¿cuánta energía consumimos, cuánto agotamiento y sudor?, ¿cuánto gozo y esperanza acumulamos también? Amor y dolor atraviesan juntos el espacio y el tiempo, y a la noche, cansados por el trabajo realizado, buscamos con fruición el merecido descanso por tanta lucha y fatiga. El cansancio nos rinde y el sueño nos repara con su benévola sanación.
Vivir y morir, amor y dolor, son realidades que se desarrollan inseparables. Y dentro de esa situación precaria, tener la saludable tenacidad de sembrar las ínfimas semillas de la ternura, con la esperanza de hacer florecer pequeñas flores que limpien el aire de la violencia, las riñas y los enfados, hasta crear una atmósfera sana, libre, amorosa. La ternura cambiará nuestras relaciones haciéndolas más amables, alegres y agradecidas. Aprender a mirarnos a los ojos y sonreírnos. El frescor de la ternura surge de la amabilidad que engendra el amor.
Buenos días, querida Mara. En este nuevo amanecer, te saludo con la ternura que alegre tu día. Y rezar, agradecidos a Dios, que nos llena de amor y bendición. Tuya siempre. Nura
Aventurar la vida 
¡Qué forma más bonita de iniciar el día. Un amigo mío dice que al despertarnos hemos de hacernos conscientes primero de nosotros mismos, luego del Dios que nos sostiene y da la vida y también, como tú dices, de la humanidad entera. Suele decir, cada día es reto, riesgo, promesa, ternura…
Me parece precioso intentar por un momento pasar por el corazón a todos nuestros hermanos y hermanas en la existencia, sabiendo de sus dolores y alegrías. Leía ayer cómo el Dalai Lama ejercita así la compasión con amigos y enemigos. Ojalá el Señor nos dé esa mirada de ternura y compasión para con todos los hermanos. Me gusta imaginar cómo Dios nos mira de esa manera a cada uno.
Gracias por tus “ Buenos días “
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Querida Angelines, gracias a ti por estar ahí. Que la ternura asome en tu día, la que Dios te regala cada día y te halles rica para regalar también . Somos lo que le dejamos hacer a Dios.
Con ternura. Anna (Nura)
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Somos lo que le dejamos hacer aDios
Cuantas excusas ponemos a nuestras debilidades y pecados y tú lo dices valientemente: somos lo que dejamos…Gracias Anna me toca muy profundo
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Y Dios anda tan ganoso de que le dejemos hacer, solo Él puede hermosearnos. Un abrazo. Anna (Nura)
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El Agradecimiento, todo es Don, si fueramos concientes a cada momento de esta hermosa realidad, veriamos el mundo y todo lo que acontece de manera diferente, el descanso, ya descansaremos Dios quiera en el Cielo, Gracias hermana Ana por impulsar nuestros Corazones a la belleza del agradecimiento filial, con Alegria y con confianza fraterna su Hermano Luis Alberto.
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Gracias, Alberto, por tus palabras.
en comunión. Anna
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