EL EVANGELIO MARGINADO

LIBRO: El Evangelio marginado
AUTOR: José Mª Castillo
EDITORIAL: Desclée De Brouwer

José Mª Castillo, a sus años, nos vuelve a regalar con un nuevo libro: El Evangelio marginado. Avezado escritor y cuestionador sagaz, se permite escribir con anchurosa libertad crítica y objetiva sobre la contradicción entre la Iglesia y el Evangelio, como realidad grave y preocupante, que logra resumir agudamente en una breve frase de encabezamiento: “De entrada, afirmo que la Iglesia vive una contradicción que es la peor de todas las contradicciones en las que puede vivir. Porque se trata de la contradicción entre la Iglesia y el Evangelio”. 

El contenido del libro versa sobre esta contradicción como problema de una magnitud gravísima. Toda esa realidad histórica es analizada de forma clara e inteligible en trece capítulos que recogen temas tan centrales como: 1- El Evangelio desconocido. 2- Evangelio para ricos y poderosos. 3- Una cristología que prescinde del Evangelio. 4- El seguimiento de Jesús, centro del Evangelio. 5- Fe y seguimiento de Jesús. 6- El seguimiento de Jesús vivido y confundido. 7- Evangelio, religión y tristeza. 8- Religión y Evangelio: ¿son compatibles? 9 Sacramentos de la Iglesia y mandatos de Jesús. 10- La muerte de Jesús. 11- La Iglesia rota: los privilegiados y los olvidados. 12- La Iglesia y el dinero. 13- La Iglesia y el poder.

Cada capítulo se desglosa en un amplio abanico de otros subtítulos, logrando una lectura ágil que forma e informa al lector sobre el controvertido tema Iglesia y Evangelio. El autor dice escribir “con temor y temblor, pero también con esperanza”, posiblemente porque espera y cree que otra Iglesia es posible. No me parece exagerado decir que el autor y el libro tienen visos de lo profético, denunciando con vigor carismático el uso y abuso de poder que se ha venido ejerciendo en el seno del sistema eclesial, en detrimento de lo más profundamente evangélico. Es plenamente revelador cómo los intereses de poder han suplantado la sencillez y humilde hacer de Jesús de Nazaret.

El libro destaca la contradicción que existe entre religión, en la que se concentró y promovió la Iglesia, y el Evangelio que vivió y enseñó Jesús, que se alejó y denunció los sistemas de poder que someten y subyugan a las gentes. La lectura va revelando la importancia de que “conocer a Jesús es conocer a Dios”; “que el medio para encontrar a Dios y relacionarnos con Él no es la religión tradicional, sino el Evangelio de Jesús. Es decir, el medio para encontrar a Dios y mantener con Él la mejor relación posible no está en los rituales de lo sagrado, sino en el proyecto de vida de lo profano, tal como Jesús vivió y quedó plasmado en el Evangelio”. Castillo es claro y radical en afirmar que en la vida que llevó Jesús es donde vemos a Dios y encontramos a Dios.

Desgrana con lucidez y hace comprender sin dificultad el fenómeno paulino de cómo la Iglesia nace antes de conocer el Evangelio, y es que Pablo como fundador de las primeras iglesias, no conoció al Jesús histórico, “el Jesús que era Dios en su condición humana”. “Si lo central en la teología de Pablo es la fe que lucha y vence al pecado que ofende a Dios, lo central en la teología de Jesús es la fe que lucha y vence al sufrimiento que duele al ser humano. Por eso, la teología de Pablo busca y garantiza la vida en el cielo. Mientras que la teología de Jesús busca y garantiza la vida en la tierra”.

Finaliza con palabras de esperanza hacia el mensaje del Papa Francisco, que “ha dejado patente por dónde hay que trazar el camino de la Iglesia para recuperar el Evangelio y poner el mensaje y el proyecto de Jesús en el centro del cristianismo. En la medida en que seamos capaces de seguir este camino, podremos los cristianos del futuro afirmar que “seguimos a Jesús” para decir a este mundo que el Evangelio es el centro de la vida”. Con esta radical esperanza finaliza este comprometedor libro que ilustra la mente y pone la verdad al descubierto.

Tras su lectura, me parece haber saboreado un mensaje sanador y revelador de una verdad y libertad a trabajar en el seno de la Iglesia y de nuestro ser cristianos hoy. Sin duda alguna viene a resultar un soplo de aire del Espíritu para este momento de la historia que nos toca vivir. Ojalá su lectura nos estimule a vivir más comprometidos una vida para el Evangelio.
                                                                Anna Seguí, ocd