EL SALMO 62

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Quiero contarte cómo empecé a orar con los salmos y hallar en ellos toda la expresión y sentir de mi alma sedienta de Dios. Recuerdo que era una jovencita de dieciséis años, ansiosa buscadora de Dios desde muy temprana edad, orar era para mí una necesidad apremiante, algo así como la comida y el agua que sustenta la vida. Buscaba con frecuencia momentos para estar a solas con Dios solo y permanecía con Él, segura de una presencia que, sin verla, la sabía e intuía dentro de mí.

Tenía esta saludable costumbre de hacer oración, y me solía ir al campo, a la ermita, y sobre todo a un lugar llamado “Es panel”-, aquel lugar era un montículo no muy alto, que me permitía ver todo el pueblo, y allí pasaba horas orando y leyendo la Biblia. También acostumbraba ir a orar en la capilla de la iglesia o en la capilla de las mojas franciscanas que estaban en el pueblo. Un día, estando así en oración en la capilla de la iglesia de Santa María, cogí el cantoral de la misa, al abrirlo, de inmediato me encontré con el salmo 62 y empecé a recitarlo. Me produjo una emoción e impacto tan profunda que, en aquel mismo momento, me lo aprendí de memoria, y me dije: “esto es lo que a mí me sucede, tengo sed de Dios”. Desde aquel día, hice de este salmo la oración permanente de mi vida y jamás he dejado de recitarlo, o más bien de cantarlo, porque así me surge desde dentro, cantarlo.

A decir verdad, el salmo lo leí y aprendí en catalán. Encuentro que sus expresiones me repercuten más profundamente y me llegan más al corazón que el texto en castellano; la traducción difiere en palabras, estas me calan con más hondo sentimiento, como aquel decir del salmista: “Tot jo tinc set de Vos. Per Vos es desviu el meu cor», me deleitaba por dentro con una alegría indecible, porque era exactamente lo que sentía en mi interior, sed de Dios. Siempre que lo oro personalmente, lo hago en catalán, tal como lo aprendí. y su impacto me sigue tocando a fondo. El salmo reza y canta así:

Salmo 62

Vos sou el meu Déu, Senyor, jo us cerc.
Tot jo tinc set de Vos.
Per Vos es desviu el meu cor,
com terra eixuta i àrida sense aigua. 

Jo us contemplava al vostre santuari quan us veia gloriós i poderós.
L’amor que em teniu val més que la vida;
per això us lloaran els meus llavis. 

Que us pugui beneir tota la vida i alçar les mans lloant el vostre nom.
Saciat de lo bo i millor, us lloaré amb el goig als llavis. 

Quan des del llit us recordo, pas les nits pensant en Vos,
perquè Vos m’heu ajudat,
i sóc feliç sota la vostra emparança. 

S’ha enamorat de Vos la meva ànima,
la vostra dreta m’aguanta. 

Te invito a aprender a orar con los salmos, con el deseo de que halles en este libro orante todo el sentimiento que anida en tu corazón, que abreves en ellos la sed de Dios que también hay en ti, incluso sin saberlo. Te sugiero también a buscar lugares donde se rece comunitariamente, sea en la parroquia, un monasterio o en grupo de personas que gustan orar la liturgia de las Horas, oración en que se recitan los salmos. Rezar comunitariamente tiene mucho sentido, nos da pertenencia a un grupo, a la comunidad eclesial, a sentirnos hermanos-as, y nos pone en comunión fraterna con los orantes de todas las religiones del mundo, especialmente con nuestros hermanos los judíos, ellos también rezan con los salmos, el salterio es una de las fuentes de la oración judía, un libro sagrado de la Biblia hebrea muy valorado y amado; de este pueblo y de esta gente nacieron y brotaron estas oraciones. Para nosotros los cristianos, Jesucristo es el centro de las oraciones sálmicas; en los salmos ora Jesús como el Gran Orante, y con Él oramos al Padre.

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2 respuestas a “EL SALMO 62

  1. maradudu 24 May, 2024 / 1:14 am

    ¡Estupendo testimonio el tuyo! Con sencillez, expresa el sentido de la oración personal y comunitaria. La autenticidad de la oración al Dios de Jesús que nos modela y hace crecer cristianamente. Gracias.

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    • Anna Seguí ocd 24 May, 2024 / 9:59 am

      Gracias por tu comentario. Salmodiar es una gran belleza y una profunda comunión con todos los orantes que así cantamos nuestra alabanza y sed de Dios. Un abrazo.

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