INSTRUCCIÓN COR ORANS

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Queridísima Mara: Recibí tu correo preguntándome cómo me había sentido con la nueva Instrucción -Cor Orans-, que nos ha mandado el Vaticano y qué me ha parecido. A decir verdad, cada uno reaccionamos según somos, y yo, ya sabes, pasión y fuego. Y ante este documento, lo que siento es sublevación, viendo que se nos trata como a menores de edad, quedando de manifiesto que las mujeres en la Iglesia seguimos siendo personas de segunda categoría. 

La Instrucción es control subyugante a las monjas de vida monástica-contemplativa. Me subleva sobre todo la imposición de un asistente, ajeno a nuestra vida, que sea sacerdote, no puede ser mujer, para que tenga presencia en todas nuestras reuniones y encuentros federales, tome nota de todo y sea él quien informe al Vaticano de cuánto hacemos, decidimos y vivimos. Esto deja al margen a la presidenta, como si ella -por ser mujer-, no pueda dar razón ante el Vaticano y dondequiera que sea, de nuestro actividad y vida. Nos obligan a nosotras mujeres, no obligan a los varones monjes a tener un asistente. Una Constitución y una Instrucción para nosotras, no para ellos.

En fin, lo que me toca en este momento de convulsión interior, es entrar en mi cueva orante y serenarme a fuerza de oración y espera. Dejar que pase el huracán, el fuego, el terremoto, hasta el silbo suave y delicado del Amado, que me ayude a integrar esta injusticia hacia nosotras. Integrar sí, pero no silenciar esta injusticia, porque estas maneras impositivas no son evangélicas, el Evangelio defiende lo más libre y humano.

La verdad es que tengo pena por aquellos que lo han dispuesto y elaborado de esta manera, porque tenían la posibilidad de mostrar su adhesión al Papa, haciendo efectiva su fidelidad al pensamiento y magisterio que viene señalando sobre las mujeres, y han discrepado totalmente, prescindiendo de su posicionamiento hacia nosotras. Una Instrucción agarrada a la ley y poco evangélica, obsoleta para este momento de nuestra historia y su porvenir. Un documento obsesivo con la clausura, la nombra 77 veces, la oración solo 22. En fin, esto nos han impuesto sin poder hacer nada para quitarnos este yugo. Una Instrucción que podría haber sido elaborada desde presupuestos más evangélicos, con misericordia, bondad, belleza y con alegría como corresponde a todo lo evangélico, mostrando plena comunión y simpatía hacia nosotras. Lamentablemente el resultado final es imposición, control, avasallando la más elemental dignidad humana de la libertad. Porque lo que las mujeres hemos de vivir, las mujeres lo hemos de decidir, no los prelados eclesiásticos.

Solo añadir que, esta Instrucción viene de lejos, porque en el año 2012 ya nos mandaron un decreto en el que intentaron imponer la figura del asistente como obligatoria. Luego, al dimitir Benedicto XVI y con el nuevo Papa Francisco, con sus aires más renovadores, aquello quedó olvidado; pero está claro que ellos no lo olvidaron y finalmente se han salido con la suya, imponiendo la obligatoriedad del asistente para todas las federaciones del mundo. Uniformidad total, ninguna acogida a la pluralidad. Parece que, más que la misericordia, prevalece la ley.

Bien, Mara, no me alargo más, solo decirte que, en aquella ocasión del decreto del 2012, escribí al cardenal Joao Braz, prefecto de la Sagrada Congregación y le expresé el desagrado que sentía ante la falta de libertad para las mujeres monjas. No recibí ni acuse de recibo. La verdad, Mara, ¿a qué tanta Constitución, tanta Instrucción, tanta obligatoriedad para unas mujeres que lo único que pretendemos es vivir una sencilla vida para el Evangelio desde nuestros puestos orantes? Con el Evangelio y las Constituciones de la Orden vamos más que servidas. A qué añadir mil documentos más, ¡qué asfixia, qué impertinencia, qué desagradable!

Mi impulso, siempre primario, sería irme, dejarlo todo, alejarme para no pertenecer a una institución que así nos trata. Pero sé que estos impulsos los debo orar y frenar ante Dios, ser humilde y seguir junto a mis hermanas haciendo verdad una vida para el Evangelio, sirviendo, amando, orando. Pero con Teresa de Jesús expreso este lamento: “Pues no sois Vos, Criador mío, desagradecido para que piense yo daréis menos de lo que os suplican, sino mucho más; ni aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andábais por el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad y hallasteis en ellas tanto amor y más fe que en los hombres/ que no hagamos cosa que valga nada por Vos en público, ni osemos hablar algunas verdades que lloramos en secreto, sino que no nos habíais de oír petición tan justa; no lo creo yo, Señor, de vuestra bondad y justicia que sois justo juez y no como los jueces del mundo, que como son hijos de Adán, y, en fin, todos varones, no hay virtud de mujer que no tengan por sospechosa/ Veo los tiempos de manera que no es razón desechar ánimos virtuosos y fuertes, aunque sean de mujeres. Cuando os pidiéremos honras, no nos oigáis, Señor mío, o dineros, o cosa que sepa a mundo; mas para honra de vuestro Hijo, ¿por qué no habéis de oír, Padre Eterno, a quien perdería mil honras y mil vidas por Vos?”  (CE 4,1). Y orar por los  que ostentan cargos de autoridad, sean religiosos o políticos, para que el Espíritu Santo les conceda mentes airosas, sabiduría del Evangelio y corazones generosos, capaces de disfrutar regalando libertades y no recortándolas.

Te escribiré pronto para mandarte la carta que entonces escribí al cardenal Joao Braz, quiero que conozcas su contenido, que sería el mismo que utilizaría si le escribiera en este momento. Yo espero que las comunidades nos manifestemos de alguna manera ante esa realidad. Hay mucho descontento con la frustrante Instrucción. Lo que desearía y propondría es que fuésemos capaces de apelar al Papa y que nos libre él de esta imposición poco afín a sus criterios como Papa. De mí, también daría comienzo a una actitud de desobediencia responsable, ante lo que creo una auténtica injusticia. Jesús no trató así a las mujeres, las trató con mucho cariño y las favoreció siempre.

Mara, acoge este desahogo en tu oración y comprensión, lo necesito, porque mi momento es delicado por hartazgo y desencanto, espero superar la prueba con la gracia de Dios que nunca falta. Un abrazo y hasta pronto.   Nura.

19 respuestas a “INSTRUCCIÓN COR ORANS

  1. Pizpireta 8 junio, 2018 / 9:54 am

    Completamente de acuerdo con tu carta a Mara. Duele pensar que esta Instrucción considere a las contemplativas necesitadas de vigilancia por parte de varones. Aun no hemos alcanzado la mayoría de edad? Tienen que ser las Izquierdas en política las que velen por los derechos de la mujer?

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    • Anna Seguí ocd 8 junio, 2018 / 10:12 am

      Gracias por la agudeza de tu comentario. Mas bien no reconocen nuestra mayoría de edad y asfixian nuestra libertad. Son actitudes faraónicas, de poderes absolutos, en lugar de mostrarse fraternos y generosos.

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  2. Remedios 8 junio, 2018 / 1:00 pm

    Hermana Anna leyendo su desahogo me imaginaba a Santa Teresa haciéndole un guiño desde el cielo y animándola en su decir porque así quiere ella a sus hijas…valientes y libres , tan libres, como para hacerle llegar al Papa su escrito y que empiece a cambiar La Iglesia su mirada hacía las mujeres. Tiene todo mi apoyo y también de los de arriba (los del cielo). Un abrazo, es estupenda.

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  3. Amparo Esteve Bosch 8 junio, 2018 / 1:04 pm

    Obras son amores y no buenas razones. .. que tristeza me produce todo lo que dices . Si Dios nos quieres a TODOS/ AS, donde esta la igualdad, porque las mujeres en las Iglesia deben estar tuteladas? , con lo enriquecedor que es la diversidad,! una vez más constato lo alejados que estan los dirigentes de la Iglesia del sentir actual, lo alejados que estan al no escuchar las necesidades de las mujeres que tambien forman parte.Todo
    mi apoyo . Y gracias por tu reflexión, sinceridad y valentia.

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  4. marivjo 8 junio, 2018 / 5:56 pm

    Lo sabes mejor que yo, Anna. La respuesta a tu justo y motivado enfado, en la primera lectura del Oficio de hoy, en Romanos, 8…
    Ayer terminé mi 27 curso del aula de teología apoyado en tu escrito de hace 2 años «Jesús en quien creo», como contestación al «vosotros quién decís que soy yo» con que abría en octubre el curso. Y hubo un momento en que me emocioné por la igualdad de la situación descrita. Te alegrará saberlo.
    Que El no nos falte y sepamos estar bien agarrados

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    • Anna Seguí ocd 8 junio, 2018 / 10:14 pm

      Muchas gracias. Decirte que tu comentario también me ha conmovido. Y me encomiendo a tu oración, en la comunión de los santos. Gracias de corazón

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  5. Martaianantuoni Ianantuoni 8 junio, 2018 / 6:02 pm

    Eres inteligente y bien dotada. Dios te ha colmado de dones sobrenaturales y naturales. Te confiesas «pasión y fuego». Ruego a la misericordia del Corazón de Jesús que las virtudes cardinales no se vean afectadas por esa afectividad encendida. Gracias porque has sido para mi, en oportunidades, canal de Gracia.

    El 7 de junio de 2018, 20:34, Aventurar la vida escribió:

    > Anna Seguí ocd posted: » Queridísima Mara: Recibí tu correo preguntándome > cómo me había sentido con la nueva Instrucción -Cor Orans-, que nos ha > mandado el Vaticano y qué me ha parecido. A decir verdad, cada uno > reaccionamos según somos, y yo, ya sabes, pasión y fuego. Y ante es» >

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    • Anna Seguí ocd 8 junio, 2018 / 10:18 pm

      Muchas gracias. Me encomiendo también a tu oración, si comprendes bien esa pasión y fuego, comprenderás que no me es fácil el camino, siempre agradezco la vida orante de los hermanos-as. Un abrazo

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  6. MARÍA 8 junio, 2018 / 8:58 pm

    Me parece muy bien, querida Anna, que hayas hablado por aquí. Que compartas, interpeles y conciencies desde este foro particular tuyo, que tiene su alcance. Has expresado bien tu criterio y sentimientos.

    Ya sabemos que este modo de Iglesia (patriarcal paternalista) aunque tiene sus día contados, puede tardar aún bastante en expirar. La paciencia ha de ser infinita.

    La piedra de toque para la justicia, pienso yo, serían Documentos de Magisterio rectamente enfocados a los diversos estilos de vida en la Iglesia (reflexionados y consensuados también por los implicados) sin distinción de género: exhortación común para la vida activa y contemplativa de todos, ellas y ellos. Yo remo y seguiré remando siempre en esta dirección, y es bueno sumar fuerzas de distintos niveles acción-oración. Por mi parte, para no perder la paz, procuro dejarlo todo en manos de Dios en un continuo acto de fe. Sin dejar nunca de Confiar ni perder la Esperanza.

    Con Paz-ciencia, me uno a ti con cariño desde la oración que nos apoya y nos sostiene.

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    • Anna Seguí ocd 8 junio, 2018 / 10:25 pm

      Gracias, en ese apoyo orante me descanso y confío. Todo lo lleva Dios, en Él tengo puesta mi fe y mi esperanza.

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  7. enrisagunto 9 junio, 2018 / 3:21 pm

    Creo que yo hubiera reaccionado tambien con indignación primero, tristeza después por esas mentes que han elaborado ese… decreto ley?

    Leyendo (vehemente como soy, no tanto como tú) me iba preguntando: porqué no lo dejan? Reflexiva también : ¡No!, hay que responder como tú lo has hecho, dando voz a tantas que pensarán lo mismo y no tendrán ese don de la palabra escrita y la valentía que tú tienes.
    Qué acertada estás en la cita de vuestra fundadora! Y qué actual, como no hubiera imaginado ella en pleno siglo XXI en que acaba de constituirse un gobierno de MINISTRAS y ministros, de reconocida solvencia. Es para pedir, y mucho, al Espiritu que sople sobre esas mentes. Creo que habrías de intentar otra vez dirigirte a estancias superiores, pero no tú sola sino todas. ¡Seguro que lo estáis moviendo ya! Un abrazo

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  8. Montse de la Cruz 14 junio, 2018 / 11:12 pm

    Querida Anna, gracias por tu comentario, me sumo a él, es inaudito, que a estas alturas, se “dedique” a las contemplativas dicho documento, con un nombre inicial :COR ORANS que no tiene nada que ver con su contenido. Hay un “espíritu” regresivo que no se resiste a morir, ni a imponer criterios de vigilancia y control, con las “sufridas contemplativas”. Yo también estoy en la cueva de la contemplación, para poder asumir este “trastazo”… Mi paz y mi gozo íntimo, y que te comparto, es vivir que nuestra “defensa” y estilo contemplativo, es de origen evangélico: “María ha escogido la mejor parte, y no le será quitada”. Gracias por tu valentia, yo soy más cobarde, y no digo lo que pienso y sobre todo lo que deseo. ¡Gracias!, un abrazo, Montse

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    • Anna Seguí ocd 15 junio, 2018 / 7:37 pm

      Querida Montse, nos toca orar, en la cueva estoy con las palabras de Jesús que me dicen: «No vivas con la inquietud que turba el corazón. Confía en Dios y confía también en mí», ahí me sostengo. Pido también por ti y creamos que Dios proveerá.

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  9. rodrigo andres sanz rojas 1 julio, 2018 / 7:20 pm

    SALUDOS MUY FRATERNOS DESDE CHILE, EL MOTIVO DE ESTE CORREO ES PARA SOLICITAR SU AYUDA Y COOPERACIÓN, TIENEN USTEDES ALGÚN ENLACE DE TODAS LAS PUBLICACIONES DESDE QUE COMENZARON HASTA LA FECHA DE HOY Y PODER RECIBIRLAS EN MI CORREO, SERA POSIBLE, POR FAVOR

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    • Anna Seguí ocd 6 julio, 2018 / 12:30 am

      Hola, gracias por su interés en nuestras publicaciones. Usted podrá recibirlas en la medida que se vayan publicando. Si alguna le interesa la puede descargar desde el blog. Un saludo cordial.

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  10. Maribel 17 agosto, 2018 / 1:04 pm

    Soy una na mujer espiritual, me siento cerca del catolicismo pero no seré católica hasta que haya una mujer Papa.

    Es increíble el maltrato que la Iglesia Católica da a las mujeres. La carta es excelente.

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    • Anna Seguí ocd 17 agosto, 2018 / 3:30 pm

      Hola, querida Maribel. Gracias por tu comentario. Yo sigo en la Iglesia, no por su institucion o jerarquía, que permite esas diferencias entre los hijos e hijas de Dios. Sigo ahí por enamoramiento y seguiento de Jesús y su Evangelio. Sigo ahí, porque quiero vivir la plenitud de las Bienaventuranzas del Reino. Lo demás, Dios lo irá purificando. Quieran que no, la mujer abrirá una nueva realidad en la Iglesia, otra manera de ser y hacer Iglesia, la que vemos y entendemos las mujeres, esta Iglesia que nunca han permitido que se dijera, se viera y fuera. Pero somos Iglesia y Jesús se nos sigue apareciendo y proclama nuestro nombre: ¡María! Todas estamos llamadas a decir y decidir otra manera de ser y hacer Iglesia, la de la igualdad entre los hijos e hijas de Dios. La discriminación no es de Jesús ni de su Evangelio. En ella, en el sí de la Iglesia te pensaré y orarė. Sigue ahí, Dios mismo te guía, no te alejes de Jesús, estemos en comunión de amor.

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